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coyarzun: /*periferia*/ |
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2001/11 | ||
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//comentarios: Obra financiada con aportes del Fondo de Desarrollo de las Artes y Cultura del MINEDUC 2001 |
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/*periferia*/
es un dispositivo consistente en un sitio web + una instalación
física, ambas on-line y conectados a través de un base de
datos.
El sitio web queda definido como un sistema navegación dinámica a partir de un contenido textual inicial. De allí se irá expandiendo la navegación a partir de vínculos contextuales, ya sean éstos imágenes, sonidos, gráfica en general o texto escritural. Las condiciones iniciales de navegación son modificadas mediante llamados a la base de datos, que registra los últimos ingresos al sitio y la circulación por la instalación física. El historial de navegación es almacenado en la base de datos a medida que se interrelaciona con la aplicación web. Al activar un link se actualizan en la aplicación flash los datos externos recientes, generándose una trama cartográfica de la manipulación del objeto-site por otros usuarios. La instalación física consta de la proyección de imágenes, texto y audio. La sala está intervenida con sensores infrarrojos ubicados en zonas de circulación específicos, de manera de poder establecer datos de referencia acerca de la circulación de los sujetos al interior del espacio de la instalación. La información sobre la activación de estos sensores es enviada a la base de datos. Al mismo tiempo, recibe de ella la información sobre las modificaciones y navegación en el web. De esta manera se proyecta, a modo de palimpsesto, una trama de las operaciones recientemente leídas desde la red. |
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ver aplicación web | ||
Instalación: |
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/*periferia*/:
consideraciones iniciales de entorno
Sin duda en el plano local, la práctica artística sobre medios digitales ha tenido un auge tan inédito como ilusorio. La prensa ha dedicado bastante superficie de papel para ilustrar y acercar a la audiencia hacia estas revolucionarias prácticas. La limpieza de imagen pública que hay detrás de la inversión en nuevas tecnologías es innegable. El Estado, consciente de esto, crea este año la categoría Arte en Internet en el concurso Fondart; por su parte, la empresa privada organiza y publicita eventos donde lo digital es el protagonista de algo que está cambiando, pero que no se nota. Referido como el arte que viene, un arte nuevo, del futuro, parece que nos hallamos ante una masa acrítica de periodistas y productores disfrutando la candidez de su público pero, por sobre todo, de su propia ignorancia. La producción local orientada al arte y nuevas tecnologías ha demostrado su inmadurez en cada una de sus puestas en escena, opacada por la deslumbrante eficacia de sus propios soportes, ridiculizada en el anacronismo romántico de sus orgullosos y tímidos ejecutores. No sería de extrañar que en esta bienal no encontraramos más que lo que ya se ha visto, ni en número de autores, ni en la profundidad de la investigación tecnológica, ni mucho menos en la capacidad críticodiscursiva de éstos. Sin embargo, este evento, el más precario y a la vez el más persistente en términos de su preocupación por el desarrollo de arte y medios, debiese precisamente constituirse en un nodo de profundización y debate sobre las implicancias (y sobre todo, las no-implicancias) que el soporte digital connota y exige a los autores. La carencia de herramientas conceptuales es el síntoma
más evidente de la dominación de un sistema globalizado
en el que lo informático no es más que un modelo de interpenetración
en y sobre lo real que, como sujetos, nos pone en una situación
extática y marginal respecto de sus propios procesos. Las instituciones
de enseñanza de arte no han sido hasta el momento capaces de superar
esta cota, La integración de la información en las
estructuras capitalistas existentes bajo esta figura parcial, oculta lo
sesgado de nuestra experiencia. Nuestra capacidad de acceso es limitada
a nuestra situación soft. La transparencia operacional de nuestas
interfases oculta y transviste los procesos en apariencias amables y cotidianas.
Sutiles. En nuestra condición de usuarios, somos dragados necesariamente
hacia una disolución discreta, entramándonos en el cruce
de superficies de un medio que, por la reducción progresiva de
lo analógico, se manifiesta como la masa crítica donde están En este sentido es donde considero necesario la toma de
conciencia de la situación en la cual nos encontramos frente a
los sistemas de información. Establecemos contacto con ellos sólo
en tanto digitalizables, normalizados, sustraídos, reductibles
a datos; en la misma condición periférica que las interfases,
somos reubicados a modo de terminales, dispuestos violenta y silenciosamente
en una Christian Oyarzún Roa |
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