El levantamiento social del 18 de octubre pasado, la revuelta, el despertar o el estallido fue un proceso que se vivió a niveles meta-estructurales. Todas las maneras en que nos relacionamos con el cotidiano, con el día a día, se vieron estremecidas y transformadas. Inspiradas y reprimidas. La relación con el espacio y tiempo públicos se afectaron inspiradas de primavera y el estallido se vivió como una manifestación cultural masiva, colorida, diversa, creativa. Un estallido gráfico e iconográfico. E iconoclasta. El imaginario de lo público y lo político se resignificó y refrescó saludablemente en escalas y magnitudes que modificaron para siempre nuestra manera de vivir nuestras ciudades, nuestros muros, nuestra indumentaria, nuestras consignas y banderas.
Pero como un coletazo de la reacción, la pandemia global del Covid19, dió una pausa a la represión policíaca y generó el consenso necesario en el pueblo para abandonar temporalmente las calles. En medio de un mal manejo medial, toques de queda y cuarentenas, somos impactados ahora por los esbozos de una nueva normalidad. Nuevamente toda la cultura de lo cotidiano y de lo colectivo, y el espacio-tiempo de lo público se sacude y re-descubre. El auto-cuidado y las viejas prácticas de lo doméstico, se amalgaman junto a la tan esperada consagración de la virtualidad como eje dominante de las interacciones sociales. La represión policíaca, por otro lado, no ha cesado y la relación que se había empezado a desarrollar entre las personas, el espacio público y su re-codificación visual ha dejado paso al blanqueamiento higienizante de toda consigna o simplemente expuesto a la des-corporatividad del abandono.
En el contexto de la práctica artística contemporánea, el escenario actual resulta ser de una excepcionalidad por decirlo menos, inquietante, en particular para quienes trabajamos con tecnología. En una especie de déja-vu, aquellas ideas y sentimientos que se comenzaban a hilvanar a mediados de los '90 cobran hoy un amargo sentido. Fantasías de animé vueltas realidad, con sus luces y sombras, con una congruencia absurda que no deja de sorprender. En qué momento pasamos de un siempre-presente a este no-futuro? La virtualidad hace emerger nuevos circuitos, nos hacemos levemente visibles mientras nos hundimos y flotamos a la deriva generando otras lógicas de identidad, de acción y de colectividad. Los nuevos y viejos paradigmas se fusionan bajo una realidad post-humana donde sólo la mutabilidad puede darnos una respuesta ante la inestabilidad estructural dominante.
No deja de tener sentido entonces, hoy, reflexionar y seguir proponiendo acciones, que nos permitan imaginar y visualizar nuevos/otres horizontes y futuros. Desde la práctica tecno-artística somos llamados a activar viejas prácticas de red y diseñar nuevos activismos, relacionándonos con la colectividad desde los afectos y el cuidado recíproco. La experiencia estética y reflexiva y el acceso libre a la tecnología y al conocimiento son parte de nuestros recursos para crear un imaginario político que será nuestro puente al mañana. Arrastrados al confinamiento, debemos ser capaces de proponer, prototipar y experimentar prácticas colectivas que sean sustentables desde la virtualidad y que converjan en el deseo manifiesto de transformar la realidad. Capaces de fortalecer, refrescar, actualizar y proyectar un futuro en el que pese-a-la-virtualidad logremos la dignidad y sabiduría que nosotrxs buscamos, nuestros hijxs merecen y nuestros ancestrxs perdieron.
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MOTIVACIÓN:
Mi principal motivación para participar en la presente residencia tiene relación con el impacto que tuvo en mi formación la exposición del MSSA realizada en septiembre del año 1991 en el MNBA. En ese entonces, me encontraba cursando el segundo año de la carrera de Ingeniería en la U. de Chile y dedicaba gran parte de mi tiempo y energías a programar cosas raras, a hacer poesía, dibujar cómic e ilustraciones y a pintar en muros.
Esa exposición fue mi primer contacto con el arte moderno. Con la pintura a esa escala, heroica, humana y contingente, con gráficas y materialidades que eran congruentes con mi pensar y también con mi cultura. Fue la primera vez que me topé con la abstracción, con lo surreal, con los expresionismos. Me recuerdo asombrado, vibrante. Ante un arte que no me hacía sentir como ignorante, se abrió ante mí un mundo posible y me pareció ver, por primera vez, un quehacer en el que convergieran mis múltiples intereses. Llegué a mi casa a dibujar como loco, y comencé a pintar sobre tela en octubre de ese año. Al año siguiente decidiría cambiarme de carrera y estudiar Licenciatura en Pintura.
Desde la proyección de ese evento hace casi 29 años hasta el día de hoy, me convertí en un "artista medial", un tecno-artista en el que lo político ha tenido un rol importante e insistente. Geopolítica, contra-hegemonía, violencia civil, hacktivismo y libre circulación del conocimiento han sido algunos de los ejes sobre los que se articula gran parte de mi proceso creativo.
Es por ello que en el contexto actual de post-apocalipsis y de incertidumbre, y sobretodo de violenta modificación de nuestra manera de relacionarnos físicamente, esta residencia se vuelve una oportunidad valiosa para sostener y levantar prácticas colectivas que sean sustentables desde la virtualidad y que converjan sobre el deseo manifiesto de transformar nuestra realidad.
Hoy es un momento en el que necesitamos como nunca reflexionar, imaginar y visualizar nuevos/otres horizontes y futuros.
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DESCRIPCIÓN:
*BRGD4:SCROLL es un proyecto de residencia que consiste en la conformación de una brigada muralista virtual convocada con el fin de producir el mural SCROLL, que se emplazará en una URL alojada en el sitio web del MSSA.
La brigada *BRGD4 dispondrá de herramientas y recursos gráficos y de programación de código abierto con los cuales realizar su labor.
La brigada *BRGD4 tendrá a su cargo la discusión y reformulación conceptual, estética y emocional del mural, así como la ejecución de la misma.
La brigada *BRGD4 sesionará en tres modos: producción, socialización de avances e intervenciones concretas sobre el muro/URL.
El mural SCROLL será desarrollado en html5/canvas y processing.js y se alojará en una URL en el sitio web del MSSA, incluyendo preferentemente imágenes GIF, clips de audio, e hipervínculos.
Técnicamente SCROLL es una página web creada bajo ciertos acuerdos y motivaciones colectivas, y toma su nombre del anglicismo que define la práctica -hoy habitual- de desplazar hacia arriba y abajo nuestro dedo sobre las pantallas móviles. En este sentido, SCROLL se plantea como un gran lienzo, un gran muro que, en términos de proceso, busca desarrollar nuevas prácticas colectivas de creación y reflexión.
Visual y conceptualmente, SCROLL trabaja con la superposición de los conceptos de conciencia geopolítica, violencia civil y mutabilidad (provenientes de mi trabajo previo), con los propuestos por la convocatoria de solidaridad, resistencia y transformación, a través de experiencias que proponen la cultura libre y el cooperativismo como prácticas transformadoras ante un escenario técnico y político caracterizado por la desigualdad, represión, mutabilidad de los soportes y la fluidez de los escenarios futuros.
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