coyarzun:
PgUp
 
2001/04
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En términos visuales, mi producción de obra se articula a partir del cruce entre dos sistemas de representación. Por una parte, el foto-videográfico, entendido como una simple superficie que evoluciona en el tiempo refiriendo al cuerpo (y en particular al propio cuerpo); y por otra, al dibujo analítico, el que a partir de relaciones matemáticas origina la noción de espacio en un medio de superficies. De esta manera se hacen coexistir a la manera de un palimpsesto, esquemas lineales que refieran a la condición de espacio sobre (o a través) de segmentos de imágenes icónicas referidas al cuerpo en su condición de superficie, envoltura o piel.
A partir de este sistema de producción, desarrollé en los últimos años una serie de instalaciones físicas llamadas "retraso", variaciones de un dispositivo común: audio estéreo e imágenes proyectadas sobre paneles de vidrio opaco. De esta manera, el vidrio se transforma en un volúmen en su grado cero, en una pantalla objetualizada, en superficie que corta un espacio donde las nociones de cercanía y distancia son descentradas por la utilización del sonido y la inestabilidad temporal de la imagen.
Como contrapunto y correlato a esta línea de investigación, he producido obras diseñadas para web problematizando en cómo los paradigmas que hacen posibles una instalación física se modifican hacia concepciones espaciales más analíticas cuando la instancia de experienciación e interacción es la ventana de un browser. He intentado problematizar en la condición soft que define estos trabajos (digitalmente puros), considerando modificaciones esenciales en las operatorias de producción y de experienciación de la obra, donde la fisicidad desaparece como significante, deviniendo en una emulación que connota tras de sí al código.
La coexistencia en mi trabajo de estas dos áreas de problematización aparentemente distantes en su resolución formal, permiten focalizar el análisis sobre el tejido intersticial desde el cual se bifurcan: la praxis crítica sobre los llamados nuevos medios.
Los medios digitales al interior de la producción artística no sólo producen una inflexión dentro de los paradigmas de la representación y la materialidad de los soportes. En términos de distribución se instauran definitivamente la hipertextualidad y la telepresencia como categorías tecnológicamente posibles. La reproductibilidad ya no constituye una problemática respecto a la obra, pues la obra se constituye a partir de ella; es ahora la mutabilidad producida por la
inestabilidad de los objetos de información el vértice que des-articula nuestra producción de subjetividad. Mutabilidad de los estándares de producción, inestabilidad formal de los circuitos: las fatídicas consecuencias de la velocidad y los motores cinemáticos de Virilio...
Esta condición de lo digital, y el sustrato tecnológico desde el que se rizomatiza nos permite enterderlo como una superestructura que contiene a todos los otros media en la medida que éstos puedan ser sustraídos de lo real, reducidos y digitalizados. Esta reducción es la matriz de la naturaleza polimorfa de las nuevas tecnologías; en el mundo informático todas las resoluciones formales son posibles, en tanto se disponga de las instrucciones adecuadas, del software que haya sido previamente concebido para calcular las operaciones necesarias para el efecto deseado. Y es precisamente este soft, lo que hace invisible no sólo los procesos, sino nuestra necesaria disolución discreta a la que nuestra condición de usuarios nos arroja, entramados en el cruce de superficies de un medio que por la reducción progresiva de lo analógico, se manifiesta como la masa crítica donde están contenidas todas las analogías. Sin embargo no es en esta hiper capacidad medial ni de simulación donde reside directamente el poder de los nuevos medios; estas son más bien la consecuencia de un modelo de interpenetración en y sobre lo real que nos pone en una situación extática y marginal respecto de sus propios procesos. La reubicación a modo de terminales en la que somos dispuestos manifiesta una violencia silente de la cual la modificación en los procesos de producción de imágenes constituye solo una de sus aristas, siendo la experienciación de nuestros cuerpos en tanto entidades informadas la que termina siendo la más determinante. Nuestros cuerpos se han vuelto cada vez más sutiles, y en ese trance, más apropiados (y apropiables por) a los medios: el soft que se origina a partir de nuestros cuerpos es finalmente el flujo que alimenta la vocación esfinterial de lo informático; el hard que queda de esta operación se ha vuelto nuestro residuo, y nuestros flujos habrán de ser puestos como desechos, en la periferia.
Esta referencia a los flujos corresponde a un intento metodológico de cifrar el paradigma de la práctica pictórica y por extensión, el grabado y en general el arte tradicional bidimensional (incluyendo el video) que en tanto analógicos se apartan, estableciéndose como antítesis operacionales, de la practica digital. ¿Porqué entonces realizar concesiones y establecerse en la producción de impresos digitales? Me parece que esta operación obedecería en primera instancia a una injustificada e innecesaria vocación de integración a un circuito preestablecido, vocación que atentaría contra lo digital en sí, acusando recibo de una regresión operacional, reductiva y paradójica. Sin embargo, es posible activar un interés metodológico sobre este desplazamiento inverso de los nuevos medios hacia lo analógico impreso, ya que no podemos entender lo soft como un absoluto. ¿Cómo establecer relaciones como la no linealidad, lo procesual y lo inestable sobre un soporte que es absolutamente lo contrario? Las relaciones de la objectualidad impresa como instancias no discretas se establecen en términos de imagen como un fuera de lugar, como un descalce, con la posibilidad de superación para nuestros 72 dpi en un movimiento hacia atrás, la posibilidad de un zoom out no programado en nuestros softwares hacia la cotidiana periferia.

atte. Christian Oyarzún
santiago, marzo 4, 2001
/*este texto constituía la presentación de PgUp, y fue publicado en el catálogo KentExplora: Arte Digital Impreso, 2001.*/

 
 
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